El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus otros) tiene la responsabilidad de anunificar y categorizar toda la actividad de huracanes y ciclones en América del Norte y sus alrededores. Esto incluye la pista esperada de la tormenta, el tamaño, las precipitaciones, las marejadas y otros aspectos que van junto con las formaciones de tormentas del Atlántico y el Pacífico. Estas tormentas se pronostican utilizando modelos específicos para la precisión e incluye el uso de satélites, aviones, barcos, radares y boyas para hacer las predicciones más precisas. El uso de satélite sin ocupa específicamente mientras la tormenta está en aguas abiertas, lo que permite mediciones y características estimadas de la tormenta. Esto también permite al NHC predecir dónde se producirá el desemén y a qué intensidad. Esta nueva generación de satélites meteorológicos está equipado con sensores e instrumentos que proporcionan monitoreo en tiempo real del clima desde el espacio.
Los satélites geoestacionarios del Atlántico y del Pacífico (GOES) estudian continuamente los huracanes desde la formación hasta la disipación y, según Dan Lindsey, un científico de satélites, admite que la nueva serie de satélites GOES-16 va más allá de los modelos anteriores y proporcionar «una mejora significativa sobre el imager a bordo de la serie GOES heredada». Continúa diciendo que «Ahora, los pronosticadores están viendo más detalles, incluso características de nube de menor escala asociadas con ciclones tropicales».
Una vez que un huracán se convierte en un riesgo para aterrizar, la Fuerza Aérea y los aviones rastreadores de tormentas, incluidos los drones, el uso de lentes personalizadas de alta calidad, y las estaciones terrestres se convierten en un activo indispensable para determinar las condiciones generales de tormenta y el riesgo de la tierra. Un avión no tripulado específico, global Hawk de la NASA se utiliza como un avión experimental para determinar las coordenadas exactas de la tormenta, así como otra información y perspectivas vitales. A medida que la tormenta se acerca a tierra, dentro de unas 300 millas, los radares terrestres toman el lugar de las aeronaves para proporcionar información sobre la velocidad del viento y la precipitación. Los globos meteorológicos y las estaciones automatizadas de observación de superficies (AsSOS) también ayudan a recopilar mediciones y estadísticas adicionales.
Una vez recopilados todos los datos, se analizan en busca de errores y luego se compara con otros modelos de personajes que se utilizan para proporcionar advertencias e instrucciones oficiales de tormenta para el público. Debido a que muchas tormentas pueden cambiar el curso y la intensidad rápidamente, es importante que el NHC utilice múltiples modelos y se compare en función de los aspectos ambientales actuales y otros datos actuales.
En total, el NHC está compuesto por otros departamentos como la Subdivisión de Análisis y Pronóstico Tropical (TAFB), la Unidad de Especialistas en Huracanes (HSU) y el Equipo de Enlace con Huracanes (HLT). En concreto, el TAFB se encarga de ofrecer previsiones las 24 horas del día, los 365 días del año y supervisa más de 14 millones de millas náuticas.
La HSU tiene la tarea de supervisar las cuencas del Atlántico y el Pacífico y luego produce avisos para el público, incluyendo contenido de noticias y mapas de parcelas que describen la pista de tormentas. Estos avisos se actualizan cada 6 horas para mantener al público al tanto de las condiciones actuales y los patrones de seguimiento. Cuando se utiliza el radar terrestre, la HSU puede emitir actualizaciones periódicamente en ventanas de 2 horas cuando los datos están disponibles. También ofrecen sesiones informativas a los gerentes de emergencias de todo el país con el fin de que los administradores locales de emergencias hagan planes con respecto a su ubicación geográfica y protocolo de seguridad local.
Por último, el HLT es una Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus días) que se compone de pronosticadores especialmente capacitados. Trabajan como intermediarios entre el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) y los administradores de emergencias nacionales y locales que se ocupan de prepararse para las tormentas en los días y horas antes de que una tormenta tome tierra o comience a impactar en las áreas locales. En última instancia, los funcionarios locales, estatales y de la ciudad hacen avisos finales de evacuación basados en la información proporcionada por el NHC. La coherencia entre todas estas ramas del NHC es pertinente para poner la mejor información a disposición del público a través de la televisión, la radio, Internet y otras formas de medios que puedan utilizarse para advertencias y avisos de evacuación. El objetivo final es predecir estas tormentas utilizando tanta información, tecnología, modelos anteriores y condiciones climáticas actuales disponibles para mantener al público consciente y seguro.